La mente humana puede dividirse en dos partes o niveles: consciente y subconsciente. El que más utilizamos y conocemos es el consciente. Este nivel es el que utilizamos diariamente para tomar las más diversas decisiones, nutriéndose de la información necesaria por medio de los cinco sentidos del ser humano (tacto, vista, olfato, gusto y oído). Una vez recibida dicha información, elabora diversas opciones, decide cuál es la más adecuada y emite las órdenes necesarias para que el cuerpo lleve a cabo los movimientos o desplazamientos necesarios. Este nivel es el que usamos para comunicarnos con los demás y para realizar cualquier acto voluntario.

Por lo que se refiere al nivel subconsciente de la mente, es el encargado de las funciones internas del cuerpo. Es decir, del funcionamiento de órganos vitales. Se encarga de distribuir la sangre y los alimentos a los órganos, tejidos y células del cuerpo. También se encarga de los actos que, al ser repetidos en infinidad de ocasiones, no necesitan de la permanente atención de la voluntad, realizándose de una manera casi mecánica, ahorrando así mucha energía.

Un buen ejemplo de esto puede ser el conducir un automóvil. Al principio, nos preocupamos por no dejar de ver el camino por el que circulamos, el tener que usar de manera adecuada el embrague, el freno y el acelerador, etc., al transcurrir algunos minutos, esta tarea se vuelve agotadora para la mente consciente. Sin embargo, la diaria utilización de este medio de transporte nos toma una conducta casi automática hacia el automóvil, dejando de utilizar la mente consciente y dejándolo todo a la mente subconsciente. De esta manera, cuando conducimos, ya sea solos o acompañados, utilizamos nuestra mente consciente en otras cosas, tales como platicar, cantar al ritmo de la canción que escuchamos en la radio, observar el panorama de la carretera, etc. De esta misma manera, la mente subconsciente se hace cargo de actos tan comunes como el caminar, el vestirnos, el comer, el lavarnos los dientes, etc. que de hecho, en un adulto el porcentaje de sus actos regidos por la mente subconsciente son alrededor del 95%.

Otra actividad que lleva a cabo la mente subconsciente, es la de registrar todas las impresiones captadas por los sentidos, pensamientos e ideas desde el día en que nacemos; incluyendo aquellas que no fueron advertidas en su momento por la mente consciente. Asimismo, ordena y coordina los actos reflejos, que no son más que las acciones con las cuales respondemos de manera muy rápida ante peligros, con tal de mantener nuestra integridad física.

Así pues, la mente subconsciente es el canal por el cual estamos comunicados con el mundo espiritual.

De esta forma, para muchos, el ser humano es sólo una pequeña parte, que es la que vemos a diario. Sin embargo, la mayor parte de cada uno de nosotros está oculta y es para muchos desconocida e insospechada. Esta parte escondida, es con la cual estamos comunicados directa y permanentemente con el origen de toda felicidad, éxito y abundancia, con la fuerza que creó y que mantiene a la totalidad del universo.

Lo mejor que podemos hacer es ser conscientes de que esta gran sabiduría de la divinidad siempre está a nuestro alcance. Que nos permitirá solucionar cualquier problema, salir airosos de cualquier obstáculo y manejar de manera adecuada cualquier situación que se presente en nuestras vidas.

Aquel que no reconozca estos poderes espirituales, estará gobernado y controlado por los acontecimientos y condicionamientos del mundo. Seguramente se dispersará y tendrá un bajo concepto de sí mismo. Debido a esta ignorancia, hará mayor el poder de las circunstancias, pues no podrá darse cuenta de las enormes posibilidades que tiene en su interior y que podrían, de una manera muy fácil, llevarlo a la cima de la felicidad, el éxito y la abundancia.