Centro de Investigación y Enseñanza de Terapias Alternativas
  Nuestro Cerebro
 
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Antiguamente se consideraba que el cerebro humano era un órgano indivisible y que sus funciones eran independientes del sitio en el que se desarrollaran. Sin embargo, desde la década de los 50’s, las investigaciones en las áreas de la neurología, psicología y psiquiatría han llegado a la conclusión de que las dos partes que componen este órgano, llamadas hemisferios, desempeñan funciones diferenciadas e independientes, en contraste con el cerebro animal, en el que ambos hemisferios son esencialmente iguales.

Quizá la característica más notable del cerebro humano es que cada hemisferio controla al lado opuesto del cuerpo: el hemisferio izquierdo controla el lado derecho, y el hemisferio derecho controla al lado izquierdo. Como veremos, esto se relaciona con las funciones principales de cada hemisferio.

 

El Hemisferio Izquierdo

El hemisferio izquierdo es sede de la mente racional. En él se localiza el centro del lenguaje, que está estrechamente ligado al pensamiento racional. Aunque no nos demos cuenta de ello, cuando estamos despiertos, por medio de la palabra hablada, escrita o pensada, podemos asimilar e interpretar nuestro entorno y a nosotros mismos.

Gracias a esta propiedad, el hemisferio izquierdo nos permite realizar cálculos matemáticos, deducciones lógicas, juicios críticos y, en general, todos aquellos procesos en los que interviene la mente racional y consciente y la capacidad verbal. Este hemisferio controla el lado derecho del cuerpo, es decir, el aspecto masculino del organismo. Dado que se relaciona con la expresión verbal, también se encarga de controlar la mano con la que escribimos.

 

El Hemisferio Derecho

Al hemisferio derecho le corresponden las emociones, la creatividad, la intuición, los sueños, la imaginación, la visualización y la percepción del espacio que nos rodea. Todas ellas son actividades que no podemos realizar o controlar de manera consciente, por lo que este hemisferio realizar sus funciones sin importar si estamos despiertos o dormidos. A diferencia del izquierdo, el elemento básico de funcionamiento del hemisferio derecho son las imágenes, no las palabras. Y entre sus funciones no figura la conciencia del tiempo ni la razón. Es por ello que el recuerdo de un acontecimiento puede tener tanta fuerza como cuando ocurrió, aunque hayan pasado muchos años. Este hemisferio controla el lado izquierdo del cuerpo, que es nuestro aspecto femenino e intuitivo.

En el proceso de visualización utilizamos la capacidad del hemisferio derecho para generar y almacenar imágenes, cuya influencia en nuestra mente es idéntica a la que tendrían las imágenes vistas con los ojos físicos.

Los hemisferios están interconectados mediante una parte llamada cuerpo calloso, que se encarga de intercambiar información entre un hemisferio y otro. Por ello, ambos hemisferios colaboran estrechamente, aunque a veces el funcionamiento de uno puede interferir en el otro. Por ejemplo, cuando vemos una película de terror que de verdad nos asusta, nuestro hemisferio izquierdo sabe racionalmente que los hechos que se muestran son ficticios y que esas cosas no pasan en la realidad. Sin embargo, eso no impide que nuestro hemisferio derecho nos haga sentir miedo a que en la obscuridad nos acechen peligros como los que acabamos de ver en el filme. Otro ejemplo es el del enamoramiento: aun cuando nuestro hemisferio izquierdo, racional y sensato, nos dice que la persona de la que estamos enamorados tiene defectos como cualquiera, nuestro hemisferio derecho, sentimental e idealista, logra acallar los razonamientos del izquierdo, por lo que sólo somos capaces de ver bondades en dicha persona.

Como podemos ver, cada hemisferio tiene su propia manera de percibir la realidad. Esto explica, por ejemplo, por qué las personas con alcoholismo u otra adicción no reaccionan ante las explicaciones lógicas y racionales acerca de su problema, por lo que, para curarse, deben recurrir a otros medios, como los grupos de apoyo (donde escuchan las experiencias de otras personas con la misma enfermedad) o las terapias psicológicas, la hipnosis, etc. Dicho de otro modo, para modificar su conducta, deben tranquilizar al hemisferio izquierdo y aprovechar las capacidades del derecho.

En este recorrido aprenderemos a utilizar la facultad del hemisferio derecho para crear imágenes y emplearlas para cambiar o mejorar aspectos de nuestra propia vida.

Nota: en las personas zurdas, algunas de las funciones de los hemisferios están invertidas. Sin embargo, las técnicas que aprenderemos en este recorrido son válidas tanto para personas zurdas como para las diestras.

 
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