Centro de Investigación y Enseñanza de Terapias Alternativas
  Lección 3
 
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El Duelo

El duelo es la reacción que tenemos ante una pérdida. Se le ha dado, por lo regular, el enfoque a la pérdida de vida de un ser queridos. Sin embargo, la pérdida es parte de nuestra vida, tan natural como la vida y como la muerte. Constantemente estamos perdiendo: cosas, empleos, propiedades, juventud, agilidad, salud, relaciones, cambiándonos de ciudad, etc. Sólo se puede perder aquello que se ha tenido. Toda pérdida implica un espacio, un lugar. Por lo tanto, queda un vacío. En base a las pérdidas se tienen que adquirir nuevas cosas o situaciones que llenen ese vacío. Lo más saludable es no tratar de salvaguardar el vacío en nuestro corazón cayendo en el duelo patológico y entrando en un remolino que nos hunda sin poder resolver el duelo.

Al perder a un ser querido, tenemos que ver objetivamente la situación y no convertir al que se fue en superman o en un santo. El duelo puede ser una oportunidad para desafiar y luchar, un proceso de recomposición y reacción, examinando la realidad. Y, al darnos cuenta que el ser vivo no existe más, debemos de retirar nuestras demandas y expectativas de él para evitar hacernos daño. Una pérdida será siempre una situación a la que tendremos que afrontar y hacer algo al respecto. Vale más encontrar las nuevas posibilidades que llenarán el vacío: diferentes ilusiones, nuevas actividades, etc.

Un duelo normal es aquella reacción frente a la pérdida a través de un proceso que cumple con sus etapas y tiene un final en que el individuo queda liberado del dolor.

Un duelo patológico es la reacción exagerada o perpetua ante una pérdida, deteniendo el proceso de la liberación del dolor. Se habla de duelo patológico cuando al mencionar o recordar al fallecido, el doliente aún llora después de haber transcurrido aproximadamente ocho meses o más de la muerte. En este caso se debe acudir para buscar ayuda profesional.

Se debe trabajar el suceso para que el sujeto quede integrado a la vida y pueda abrirse al futuro. Si alguien está en fase terminal o ya ha muerto, no es que solo sea su fin, es que se ha convertido a una nueva vida. Está siendo liberado del dolor del cuerpo. Si le preguntaran: ¿en qué momento llegó a este mundo?, tal vez contestaría que al momento de la concepción (¿o diría que al momento del nacimiento?). ¿Pero qué sucede entonces con toda esa información genética que tiene y existe de varias generaciones atrás? ¿Desde cuándo existe esa información? Es parte de nuestra existencia. De la misma manera le pregunto: ¿hasta cuándo estará su cuerpo en este mundo? ¿Hasta el día de su muerte?

¿Entonces qué pasa con los genes que heredará a futuras generaciones? Esas respuestas son un misterio aún, lo que nos habla de una especie de eternidad. Sin embargo, no necesitamos estar desahuciados para valorar el don de la vida que tenemos. ¿Tenemos que ver la muerte frente a frente para darnos cuenta de lo que poseemos? No debemos olvidar los dones de la vida. Enfocarnos a la alegría y al amor como si éste fuera nuestro último día de vida. Si aceptamos que somos seres mortales y no tenemos la certeza de saber cuál será nuestro último día, podemos observar los detalles de la vida que son realmente importantes y gozar la vida intensamente. El sabernos mortales le da a la vida una perspectiva más enriquecedora. Independientemente si estamos desahuciados o no, debemos sentir que cada segundo es prestado y debemos aprovecharlo al máximo. Asumir la responsabilidad de ser felices y de amar.

Etapas del duelo:

Según la Dra. Elisabeth Kübler-Ross, el duelo se compone de las siguientes etapas:

F La negación. Que más que una etapa es una reacción al recibir la noticia y de momento no creer ni aceptar que es verdad.

F Ira, coraje, rabia. Esta clase de sentimientos son normales y no debemos tratar de ocultarlos, sino canalizarlos.

F Regateo, negociación. Todas las etapas van de la mano y se creé superada una y, sin embargo, regresa o algunas puede que no se presenten. Ésta va asociada a la negación y se quiere negociar con Dios casi de ir a bailar a Chalma con tal de que nos regrese al ser amado… o la salud en caso de sufrir una enfermedad terminal.

F Depresión. Se debe tener mucho cuidado en no permitir que se convierta en una depresión severa. Por eso, es importante que se cuente con ayuda profesional que ayude en este trance.

F Culpa. Debemos quitarnos de todo tipo de remordimientos, porque cuando alguien muere, es porque culminó su vida y llegó a su fin, era su momento. Despojémonos del “si hubiera”.

F Aceptación. Es cuando al recordar al ser querido, se le extraña pero sin el dolor que nos convierte en personas disfuncionales. Es cuando asumimos la perdida y salimos adelante a pesar de todo.

 
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